Calamaro contra Andrés Ciro y Gustavo Cordera

La cosa arrancó cuando uno de sus seguidores sugirió que los teloneros argentinos pagan por tocar en los shows de grandes artistas internacionales. Por supuesto, el tema era la presentación de hoy de Andrés Ciro como telonero de Paul Mc Cartney. Ahí, Calamaro tomó la palabra: “Un River lleno es una fortuna de derechos editoriales y derechos de autor que aparentemente el telonero resignaría en favor de una editorial afín a la organización.” Y aclaró, suavizando la polémica: “No me consta que sea el caso.”
Pero inmediatamente atacó de nuevo cuando alguien lo acusó de envidioso. Primero, explicó que hoy, a la misma hora que Mc Cartney, él estará dando un concierto en Lima y, socarronamente, agregó: “Te aseguro que cantar en Perú es muuuuuucho más glorioso que presentarse con Paul y que nadie te dé pelota. A veces el telonero es alguien que gusta al artista, en Argentina el telonero es alguien que resigna derechos de autor para figurar.” Y de nuevo, intentó calmar los ánimos: “No tiene nada de malo, sólo que a algunos no nos parece del todo digno.”

Andrés Calamaro y Andrés Ciro tienen en común algo más que la música: Ciro estaba saliendo con Julieta Cardinali cuando Calamaro la fichó en el casamiento de Vicentico con Valeria Bertuccelli. Finalmente, el que se quedó con la rubia fue Calamaro, un tiempo después. Por eso, Calamaro fue sugerente cuando aclaró, esta misma noche, en su Twitter, ante la pregunta de un fan sobre su relación personal con el ex cantante de Los Piojos: “Apenas si nos conocemos, quizás él tenga motivos para no quererme demasiado.” De hecho, muchos calamarólogos dicen que el tema Mi gin tonic está dedicado a Ciro, cuando habla del “limón de un gin tonic usado” y de “voy a comer como un rey en tu agencia de coches usados, entre colegas”.

Después -siempre según su crónica twittera- Calamaro intentó dormir. “Cuanto más lo intento menos lo consigo, maldito sueño que no viene!”, escribió.

Y el insomio lo llevó a olvidarse de Andrés Ciro y a recordar su enfrentamiento con Gustavo Cordera cuando le preguntaron por él en medio de la noche. “No tengo idea qué está haciendo. Creí que estaba abrazando árboles en Punta del Este”, ironizó.

La noche de furia recién comenzaba. Siguió así:

“Me da igual consagrarme en Uruguay o no, pero respeto a los 17.000 que me vinieron a ver este año mientras GC intenta adelgazar! El gordo debería cerrar el upite antes que se le llene de barro de Punta del Este! Gordo, mejor seguí con el orto cerrado, vivir en Punta del Este se te subió a la cabeza, los uruguayos no compran demagogia.”

La historia entre Andrés Calamaro y Gustavo Cordera comenzó cuando Calamaro volvió de España en 2005 y Cordera lo alojó en su banda, la Bersuit.
Tocó con ellos, se hizo fuerte y, dos años después, Andrés siguió su camino solo. Cordera no se lo perdonó. Y le dijo “ingrato” y “pollerudo”. Ahora, Calamaro lo ataca por su mudanza a Uruguay (vive hace tres años en La Paloma) y por una supuesta traición a sus compañeros de banda.
“Gordito, amuraste a tus compañeros de veinte años mientras firmabas con Sony un contrato de querusapor tres discos, qué noble!”, escribió esta madrugada. Y después de atajar críticas de seguidores (”córtense una pierna antes de darme un consejo”, sugirió. Y aclaró: “Mi rabia es un derecho, puedo ponerme nervioso todas las veces que quiera sin pedir permiso”), intentó dormir. Esto escribió hace un ratito: “Bueno, amigos, voy a intentar con una sobredosis de hipnóticos, como la de Cobain en Roma o… desayunar!”
Calamaro nunca durmió. Siguió de largo después de una noche intensa. Se resignó a estar despierto. “Ahora vitaminas, un café y a vivir!”, dijo.
Y esto, claro, continuará.